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Marla stepped back a few inches and haphazardly waved her hands in the air. "No!" was the image they portrayed as Fawny held out the hideous looking red liquid in a cup. Marla thought Fawny was joking when she shoved the cup in her chest.
But she wasn't.
"Here drink this! My newest healthy recipe." Fawny's expression with lips turned downward hinted to Marla that she wasn't going to like it. But she wanted Marla to try it out anyway.
The drink looked horrible with the dark violet and crimson color. Marla surrendered and accepted the drink. Although repugnant, the aroma was a subtle sweet flavor almost akin to strawberries.
Whipped cream on top reminded Marla of ice cream on top of blended green beans. The thought almost made her gag.
"What am I supposed to do with this?" Marla tried to protest, but Fawny waved her off.
"Drink it. Just a low-dose cocktail mixture. It's a bit thick, I know. But it's a healthier alternative than those sugary juices you constantly consume.
Marla hesitated, trying to think of any reason not to drink the substance.
But Fawny was Marla's best friend. She just couldn't say "no". From an early age, Marla's only desire was to please. Confrontation didn't associate itself with her.
Marla acquiesced. Her heart beat faster.
In that moment, all she could think of was her mother. Attempting to minimize her health conditions naturally, her mother maintained her steady intake of natural vitamins and minerals to stave off her high blood pressure and later, low blood pressure.
Early on, exasperated and disappointed, Marla's mother shook her head as a sign of disgust upon realizing her daughter's personality. Words such as "Be your own person and stand your ground" was ingrained in Marla's psyche.
Her mother also preached daily that in everything, moderation was the key.
But the words never seemed to stick, as Marla would sidestep them to please her friends.
Why then did Marla allow Fawny to force beetroot on her?
Of course, Marla knew that beets were an excellent source of minerals and vitamins for long term health. What she didn't know was that too much of it would cause her a severe medical condition. She already suffered from gallbladder problems.
The other ingredients Fawny added to mask the smell and taste seemed harmless. So Marla became a regular consumer of beetroot soup.
The day Marla was admitted into the hospital didn't feel harmless.
Lying in that cold room staring at the walls, Marla had ample time to dissect the harm that allowing others to dictate her life could bring. That thick soup almost cost me my life, she lamented to herself.
She lay a week in the hospital. Numerous tests conducted. Overdosing from beetroot soup sounded like a bad nightmare. A laughable one if it were not so serious for someone with her medicaal conditions.
Marla was sicker than she knew.
But she didn't want to call her mother. She could hear her reprimands in her tone and see the utter disappointment and disgust on her face.
So she called her dad.
All she needed at that moment was someone to rub her hand and tell her everything would be fine.
Demasiado de algo bueno
Marla retrocedió unos centímetros y agitó desordenadamente las manos en el aire. "¡No!", fue la imagen que ofrecieron cuando Fawny les tendió el horrible líquido rojo en una taza. Marla pensó que Fawny estaba bromeando cuando le metió la taza en el pecho.
Pero no era así.
"¡Toma, bebe esto! Mi nueva receta saludable". La expresión de Fawny con los labios hacia abajo le dio a entender a Marla que no le iba a gustar. Pero quería que Marla la probara de todos modos.
La bebida tenía un aspecto horrible con el color violeta oscuro y carmesí. Marla se rindió y aceptó la bebida. Aunque repugnante, el aroma era un sutil sabor dulce casi parecido al de las fresas.
La nata montada por encima le recordó a Marla el helado sobre judías verdes batidas. La idea casi le provoca arcadas.
"¿Qué se supone que tengo que hacer con esto?". Marla intentó protestar, pero Fawny le hizo un gesto para que se callara.
"Bébetelo. Sólo una mezcla de cóctel de baja dosis. Es un poco espeso, lo sé. Pero es una alternativa más sana que esos zumos azucarados que consumes constantemente".
Marla vaciló, intentando pensar en alguna razón para no beber aquella sustancia.
Pero Fawny era el mejor amigo de Marla. Simplemente no podía decir "no". Desde muy pequeña, el único deseo de Marla era complacer. La confrontación no iba con ella.
Marla consintió. Su corazón latía más rápido.
En ese momento, sólo podía pensar en su madre. Intentando minimizar sus problemas de salud de forma natural, su madre mantenía una ingesta constante de vitaminas y minerales naturales para evitar su hipertensión y, más tarde, su hipotensión.
Al principio, exasperada y decepcionada, la madre de Marla sacudió la cabeza en señal de disgusto al darse cuenta de la personalidad de su hija. Palabras como "Sé tú misma y mantente firme" estaban arraigadas en la psique de Marla.
Su madre también predicaba a diario que, en todo, la moderación era la clave.
Pero las palabras nunca parecían calar, ya que Marla las esquivaba para complacer a sus amigos.
¿Por qué, entonces, Marla permitía que Fawny la obligara a comer remolacha?
Por supuesto, Marla sabía que la remolacha era una excelente fuente de minerales y vitaminas para la salud a largo plazo. Lo que no sabía era que consumirla en exceso le causaría graves problemas de salud. Ya sufría problemas de vesícula biliar.
Los demás ingredientes que Fawny añadía para enmascarar el olor y el sabor parecían inofensivos. Así que Marla se convirtió en una consumidora habitual de sopa de remolacha.
El día que Marla ingresó en el hospital no le pareció inofensivo.
Tumbada en aquella fría habitación mirando fijamente a las paredes, Marla tuvo tiempo de sobra para discernir el daño que podría causarle permitir que otros dictaran su vida. Aquella sopa espesa casi me cuesta la vida, se lamentó.
Pasó una semana en el hospital. Le hicieron numerosas pruebas. Una sobredosis de sopa de remolacha parecía una pesadilla. Una pesadilla de risa si no fuera tan grave para alguien con sus condiciones médicas.
Marla estaba más enferma de lo que creía.
Pero no quería llamar a su madre. Podía oír sus reprimendas en el tono y ver la decepción y el disgusto absolutos en su cara.
Así que llamó a su padre.
Lo único que necesitaba en aquel momento era que alguien le acariciara la mano y le dijera que todo iría bien.
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For my theme, I was inspired by and utilized the @daily.prompt's publishing of @mariannewest's Freewrite Writing Prompt Day 2026. Prompt: thick soup.
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