Hand of the Crown | 19 September @mariannewest's Freewrite Writing Prompt Day 2164 | Prompt: his deviation (su desviación)

The date was set. The hour drew near. They shuddered at the risk. They rejoiced at the reward. On the last night before the plan was to take effect, the enthusiastic conspirators met to finalize details of the revolt.

Of course this was disloyalty in the highest ranks. Soldiers hand selected by the king himself, they knew full well the penalty for treason. His endless tirades embedded into their souls the consequences of moving against him and the kingdom.

Was it worth the sacrifice knowing not only they, but their families, would suffer. To be set free from tyranny, a unanimous and resounding "Yes" whenever they gathered.

But their families were set to flee once the signal was delivered.

Their fearless commander was Jorge. Captain of the guard. Organizer of the revolt. The King's confidant. Met with skepticism in the beginning, this suave and persuasive court gentleman convinced the agitators the time was right for a change of leadership.

Across the grassy knoll, on the edge of the kingdom, Alexander and his men waited in his cellar. Huddled together, their task was to finalize details of the secession. But Jorge had been held up. An emergency at court.

"Unfortunate events. Apologies for the delay. The King couldn't find his head if it wasn't attached." They laughed, agreeing with Jorge, unaware that his eyes canvassed each of them under cloak of weariness attending to the King.

Ensuring no suspicions had risen, he began rehearsing the final details of the revolt. Alexander glanced toward the end of the table, admiring their leader.

Two days later at dawn, Jorge sent word to Alexander.

With the conspirators behind him, Alexander and his men stormed the outer gate of the castle. As promised by Jorge, the gate was unlocked. Entering the courtyard, Alexander and his men stood in the center of the palace grounds ready for the surprise attack.

Jorge had promised a small unit of men Alexander's force could easily overcome. The rest were away Instead, an eerie, ghost-like feeling met them as their eyes flew wide with shock.

Immediately, hundreds of loyal soldiers in the King's army, rushed forth into the gates. Alexander and his men were forced to lay down their weapons.

Jorge was nowhere to be found. His deviation from the plan meant a death sentence for the conspirators and their families. Not only that, they suddenly realized that they had been betrayed by their friend and commander.

What was his ulterior motive from the start? What would he gain? Alexander and his men pondered this while locked in the dungeons.

Punishment day. The day of reckoning for those found not loyal to King Cutthroaty would be deal with appropriately. Tolerating rebellion with a significant loss of his men, King Cutthroaty could not afford.

Six men stood upon the platform, a guillotine above each their heads. The rest waited their turn behind the platform. They glanced up toward the King's station.

There sitting in the balcony with the ruthless dictator, Jorge was adorned in fine linens and wore the badge that acknowledged to all his loyalty to the kingdom.

The Hand of the Crown.

Jorge rose. Waiving to the crowd, he ordered silence. His assistant handed him the scroll. He smiled as he read the names of his former comrades. Alexander and his men stood silent, heads high in the air.

A black mood descended upon the accused as pinched faces, frigid features, and mouths twisted into sneers. Then baring their teeth, each took turns spitting in front of them, as if Jorge were standing there. Some cursed as rage-filled voices permeated the crowd who shrunk back out of fear.

Immediately after, Jorge signaled to the Executioner. The beheadings commenced.

Men, women, and children stood frozen, some with hands to their faces sobbing, as one after the other, heads rolled from the guillotine platform onto the courtyard. A warning to all.

In the crowd was one who pulled a hood over his face, then looked up into the King's balcony. In that moment, his fate was decided. On his lips was the name he gave for the sacrifice of Alexander, his friend and mentor.

The Guiltless Resistance.

He would take his place. He would spread the word. He would not return home. His path was now set.

He could not stomach sitting at the dinner table, listening to the man he once desired to emulate when he grew to adulthood in a few years.

The traitor, now the Hand of the Crown.

For my theme, I was inspired by and utilized the @daily.prompt's publishing of 19 September @mariannewest's Freewrite Writing Prompt Day 2164: his deviation.

! [Hand of the Crown Spanish Translation]

Mano de la Corona

^Source

La fecha estaba fijada. La hora se acercaba. Se estremecieron ante el riesgo. Se alegraron de la recompensa. La última noche antes de que el plan entrara en vigor, los entusiastas conspiradores se reunieron para ultimar los detalles de la revuelta.

Por supuesto, se trataba de deslealtad en las filas más altas. Soldados seleccionados a dedo por el propio rey, conocían perfectamente la pena por traición. Sus interminables diatribas incrustaron en sus almas las consecuencias de moverse contra él y el reino.

¿Merecía la pena el sacrificio sabiendo que no sólo sufrirían ellos, sino también sus familias? Liberarse de la tiranía, un "Sí" unánime y rotundo cada vez que se reunían.

Pero sus familias se dispusieron a huir una vez dada la señal.

Su intrépido comandante era Jorge. Capitán de la guardia. Organizador de la revuelta. El confidente del Rey. Este caballero de la corte, suave y persuasivo, fue recibido con escepticismo al principio, pero convenció a los agitadores de que había llegado el momento de cambiar de líder.

Al otro lado de la loma cubierta de hierba, en el límite del reino, Alejandro y sus hombres esperaban en su sótano. Acurrucados, su tarea consistía en ultimar los detalles de la secesión. Pero Jorge se había retrasado. Una emergencia en la corte.

"Acontecimientos desafortunados. Disculpas por el retraso. El Rey no podría encontrar su cabeza si no estuviera unida". Se rieron, dándole la razón a Jorge, sin darse cuenta de que sus ojos escudriñaban a cada uno de ellos bajo el manto del cansancio atendiendo al Rey.

Asegurándose de que no había surgido ninguna sospecha, comenzó a ensayar los últimos detalles de la revuelta. Alejandro miró hacia el final de la mesa, admirando a su líder.

Dos días después, al amanecer, Jorge avisó a Alejandro.

Con los conspiradores a sus espaldas, Alejandro y sus hombres asaltaron la puerta exterior del castillo. Tal y como había prometido Jorge, la puerta estaba abierta. Al entrar en el patio, Alejandro y sus hombres se situaron en el centro del recinto del palacio preparados para el ataque sorpresa.

Jorge había prometido una pequeña unidad de hombres que la fuerza de Alejandro podría superar fácilmente. El resto estaba lejos En cambio, una sensación espeluznante, como de fantasma, los recibió mientras sus ojos se abrían de par en par por la sorpresa.

Inmediatamente, cientos de soldados leales del ejército del rey se abalanzaron sobre las puertas. Alejandro y sus hombres se vieron obligados a deponer las armas.

Jorge no estaba en ninguna parte. Su desviación del plan significaba una sentencia de muerte para los conspiradores y sus familias. No sólo eso, de repente se dieron cuenta de que habían sido traicionados por su amigo y comandante.

¿Cuál era su motivo oculto desde el principio? ¿Qué ganaría? Alejandro y sus hombres reflexionaron sobre esto mientras estaban encerrados en las mazmorras.

El día del castigo. El día del ajuste de cuentas para aquellos que no fueran leales al rey Cutthroaty sería tratado adecuadamente. Tolerar la rebelión con una pérdida significativa de sus hombres, el Rey Cutthroaty no se lo podía permitir.

Seis hombres estaban de pie sobre la plataforma, una guillotina sobre cada una de sus cabezas. El resto esperaba su turno detrás de la plataforma. Miraron hacia la estación del Rey.

Allí, sentado en el balcón con el despiadado dictador, Jorge estaba ataviado con finos linos y llevaba la insignia que reconocía ante todos su lealtad al reino.

La Mano de la Corona.

Jorge se levantó. Saludando a la multitud, ordenó silencio. Su ayudante le entregó el pergamino. Sonrió al leer los nombres de sus antiguos camaradas. Alejandro y sus hombres permanecieron en silencio, con la cabeza alta.

Un humor negro se apoderó de los acusados: rostros contraídos, rasgos frígidos y bocas torcidas en muecas. Luego, enseñando los dientes, cada uno se turnó para escupir delante de ellos, como si Jorge estuviera allí de pie. Algunos maldijeron mientras voces llenas de rabia impregnaban a la multitud, que retrocedió por miedo.

Inmediatamente después, Jorge hizo una señal al Verdugo. Comenzaron las decapitaciones.

Hombres, mujeres y niños permanecían inmóviles, algunos con las manos en la cara sollozando, mientras una tras otra, las cabezas rodaban desde la plataforma de la guillotina hasta el patio. Una advertencia para todos.

Entre la multitud había uno que se tapó la cara con una capucha y miró hacia el balcón del rey. En ese momento, su destino estaba decidido. En sus labios estaba el nombre que dio al sacrificio de Alejandro, su amigo y mentor.

La Resistencia sin Culpa.

Él ocuparía su lugar. Correría la voz. No volvería a casa. Su camino estaba marcado.

No podía soportar sentarse a la mesa, escuchando al hombre que una vez deseó emular cuando fuera adulto en unos pocos años.

El traidor, ahora la Mano de la Corona.

Para mi tema, me inspiré y utilicé la publicación de @daily.prompt de 19 September @mariannewest's Freewrite Writing Prompt Day 2164: his deviation