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It was Friday. Bethany's and Melinda's phones were buzzing with instructions and tidbits concerning the night's activity. Hurrying, their thigh-high boots slipped on effortlessly. Excitement floated behind Melinda's locked bedroom door as the friends lathered on makeup. Bright-colored minis and other accessories rounded out the supporters, admirers, and wannabe sweethearts' attire. Finished, they rushed silently from Melinda's home.
Conspiratorial elbowing on the way to Bethany's car produced giggles. The event they'd waited for all week was only thirty minutes away. They drove off, laughing and talking the entire trip with biased predictions bouncing off the headliner.
They pulled into the three-fourth full parking lot. Time was drawing near for the event to begin, so they rushed as best their thin-heeled boots would allow toward the group of attendees. After placing their equipment on the ground in a specific area of the road, immediately several other females rushed to join them.
Whipping out their phone, Bethany and Melinda's other friends were ready with cameras to document the girls' roles in the event.
The growing crowd waited impatiently for the race to begin. Hand-made signs of support and well wishes for their favorite team glistened in the dark. Street lights shown bright, witnessing the exchange of money as bets were placed.
The wait was finally over.
One spectator withdrew, at the last moment, back to the parking lot to act as lookout. Cheers from the crowd urging the racers on grew louder.
Engines revved up. Some expelled a low susurration as though romancing the spectators. Others blasted cacophonies as though gloating. All spewed out superiority to the delight of their audience.
Within minutes, the cars sped down the road, leaving a cloud of smoke as engines roared.
Bethany and Melinda stood in position. As soon as the cars approached, Bethany mooned the drivers, while Melinda exposed her breasts. The crowd exploded with laughter and even louder cheers.
Taking the bait, in an instant two of the drivers spun out of control. Screeching tires and smoke followed their cars. It wasn't until the thunderous crash against the guard rail echoed that the crowd gasped in horror, realizing one of the drivers may indeed be seriously injured.
But before the crowd could react to the remaining drivers veering off the road, a tire whipped by a spectator, coming within inches from barrelling into his face.
Chaos and panic ensued. Several individuals ran toward the injured driver near the guardrail to ascertain his condition. Others headed to safety toward the parking lot. Still others remained, perhaps shocked at the turn of events and wanting to discover what exactly happened that night.
Siren from afar closed in.
Thank God cooler heads were now in control of the situation.
Thankful also were Bethany and Melinda that, despite their antics that distracted the driver, he veered to the right at the last moment, thereby crashing into a barrel near the guardrail. The authorities could have easily reported a different outcome.
Unharmed, the young man vowed never to accept again a challenge for street racing, no matter how much money was offered and which he already knew was illegal.
The police quickly managed to disperse the crowd. Threatening the alternative of a free ride to the police station in the back of their van was definitely a deterrent to lingering.
That weekend social media was abuzz with wild theories and photos of the crowd, especially of Bethany's perfectly round buttocks and Melinda's perfectly shaped mounds. Their parents were issued summons to appear before the local authorities.
Other teens who attended the incident at the end of the road wished they hadn't. A short tweet exposed them all, for a picture was worth a thousand tissue wiping, tearful words of explanation with intermittent hiccups.
For my theme, I was inspired by and utilized the @daily.prompt's publishing of 11 November 2023, @mariannewest's Freewrite Writing Prompt Day 2217: incident at the end of the road.
! [No Explanation Necessary Spanish Translation]
SourceNo necesita explicación
Era viernes. Los teléfonos de Bethany y Melinda zumbaban con instrucciones y chismes sobre la actividad de la noche. Apresurándose, se calzaron las botas hasta el muslo sin esfuerzo. La emoción flotaba tras la puerta cerrada de la habitación de Melinda mientras las amigas se maquillaban. Minis de colores brillantes y otros accesorios completaban el atuendo de las partidarias, admiradoras y aspirantes a novias. Cuando terminaron, salieron corriendo en silencio de casa de Melinda.
Los codazos conspiratorios de camino al coche de Bethany produjeron risitas. Sólo faltaban treinta minutos para el evento que habían esperado toda la semana. Se pusieron en marcha, riendo y hablando durante todo el trayecto con predicciones tendenciosas que rebotaban en el techo.
Se detuvieron en el aparcamiento, tres cuartos lleno. Se acercaba la hora de comenzar el evento, así que se apresuraron lo mejor que les permitieron sus botas de tacón fino hacia el grupo de asistentes. Tras colocar su equipo en el suelo, en una zona concreta de la calzada, inmediatamente varias mujeres más se apresuraron a unirse a ellas.
Sacando su teléfono, las otras amigas de Bethany y Melinda estaban listas con cámaras para documentar el papel de las chicas en el evento.
El público, cada vez más numeroso, esperaba impaciente el comienzo de la carrera. Carteles hechos a mano de apoyo y buenos deseos para su equipo favorito brillaban en la oscuridad. Las luces de las calles se encendieron para presenciar el intercambio de dinero a medida que se hacían las apuestas.
La espera por fin había terminado.
Un espectador se retiró, en el último momento, al aparcamiento para hacer de vigía. Los gritos del público animando a los corredores se hicieron más fuertes.
Los motores se aceleran. Algunos emitían un susurro grave como si estuvieran seduciendo a los espectadores. Otros emitían cacofonías como si se regodearan. Todos escupían superioridad para deleite de su público.
En cuestión de minutos, los coches aceleraron por la carretera, dejando una nube de humo al rugir los motores.
Bethany y Melinda se colocaron en posición. En cuanto los coches se acercaron, Bethany besó a los conductores y Melinda exhibió sus pechos. El público estalló en carcajadas y vítores aún más fuertes.
En un instante, dos de los conductores se descontrolaron. El chirrido de los neumáticos y el humo siguieron a sus coches. No fue hasta que resonó el estruendoso choque contra el guardarraíl que la multitud lanzó un grito de horror, al darse cuenta de que uno de los conductores podía estar gravemente herido.
Pero antes de que la multitud pudiera reaccionar, un neumático pasó por encima de un espectador y estuvo a unos centímetros de estamparse contra su cara.
Se desató el caos y el pánico. Varias personas corrieron hacia el conductor herido, cerca del guardarraíl, para comprobar su estado. Otros se dirigieron hacia el aparcamiento. Y otros se quedaron, tal vez conmocionados por el giro de los acontecimientos y deseosos de descubrir qué había ocurrido exactamente aquella noche.
La sirena se acercaba desde lejos.
Gracias a Dios, las cabezas más frías controlaban la situación.
Gracias también a Bethany y Melinda porque, a pesar de sus payasadas que distrajeron al conductor, éste se desvió a la derecha en el último momento, chocando así contra un barril cerca del guardarraíl. Las autoridades podrían haber informado fácilmente de un desenlace distinto.
Ileso, el joven juró no volver a aceptar un reto de carreras callejeras, por mucho dinero que le ofrecieran y que ya sabía que era ilegal.
La policía consiguió dispersar rápidamente a la multitud. Amenazar con la alternativa de llevarle gratis a comisaría en la parte trasera de su furgoneta fue sin duda un elemento disuasorio para no quedarse.
Ese fin de semana, las redes sociales se llenaron de teorías y fotos de la multitud, sobre todo de las nalgas perfectamente redondas de Bethany y los montículos perfectamente formados de Melinda. Sus padres fueron citados a comparecer ante las autoridades locales.
Otros adolescentes que asistieron al incidente al final de la carretera desearon no haberlo hecho. Un breve tuit los puso a todos al descubierto, pues una imagen valía más que mil pañuelos enjugados, palabras lacrimógenas de explicación con hipo intermitente.
Para mi tema, me inspiré y utilicé la publicación de @daily.prompt de 11 November 2023, @mariannewest's Freewrite Writing Prompt Day 2217: incident at the end of the road.
SOURCES:
a) JustClickindiva's Footer created in Canva utilizing its free background and images used with permission from discord admins.
b) Unless otherwise noted, all photos taken by me with my (i) Samsung Galaxy 10" Tablet, (ii) Samsung Phone, & (iii) FUJI FinePix S3380 - 14 Mega Pixels Digital Camera
c) Purple Butterfly part of purchased set of Spiritual Clip Art for my Personal Use
d) All Community logos, banners, page dividers used with permission of Discord Channel admins.
e) Ladies of Hive banner used with permission of and in accordance with the admin's guidelines
f) Thumbnail Image created by me in Canva.
g) "Flames." What is Apophysis 2.09. https://flam3.com/
If translation included, I use DeepL to assist my readers.
Thanks for your patience an understanding.
Si se incluye traducción, utilizo DeepL para ayudar a mis lectores.
Gracias por su paciencia y comprensión.
