En nuestra cultura estamos obsesionados con hacer todo rápido y con eficiencia. Por eso detestamos aquello que sentimos que nos retrasa. No nos gustan los conflictos, las presiones, las frustraciones, las decepciones, las enfermedades — y todo evento que afecte el “orden” de nuestros planes
Creemos que son lo peor que nos pueden pasar, pero la verdad es que Dios ha hablado algo diferente.
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”
Esto significa que todo lo que sucede a nuestro alrededor son regalos de Dios que necesitamos. Son parte del progreso y plan de Dios para nuestro crecimiento espiritual, ministerios, familias, etc. Por tanto, no son interrupciones o cosas para tu mal. Por tanto, no te quejes. Vive con gozo y sé agradecido en medio de toda circunstancia (Filipenses 4:4).
por la gracia de Dios, puedo decir que: En medio de todas las cosas aparentemente malas que he atravesado, Dios me ha enseñado más de Su Palabra como nunca antes. Muchos pasajes de la Escritura fueron como nuevos para mí cuando pude entenderlos mejor, gracias al Espíritu Santo, en medio de las situaciones que viví.
La Palabra dice que Dios no solo hace eso conmigo, sino en todos los cristianos, de muchas formas y conforme a Su voluntad perfecta. Eso es asombroso.